jueves, 20 de febrero de 2014

¿Se hunde Karuturi? Un resumen de los acontecimientos recientes




Colapso financiero en Naivasha
Los trabajadores en apuros...
 


▪ A principios de agosto de 2013, 3 mil trabajadores de la granja florícola de Karuturi, de 200 hectáreas, en Naivasha, Kenya, se fueron a huelga exigiendo los salarios que no les habían pagado. Ésta no era la primera vez que en épocas recientes paralizaban labores, pero quizá fue el inicio de la más empinada espiral de caída desde que Karuturi compró la granja en 2007. Incluso los empleados mantuvieron como rehén al administrador durante unas horas.

▪ A mediados de agosto de 2013, cerró el Hospital Karuturi, perteneciente a la granja florícola. En ese punto, la granja tenía una cuenta de luz eléctrica sin pagar equivalente a 140 mil euros, por lo que les cortaron el suministro de electricidad. Previamente, el hospital daba servicio a 30 mil personas al mes.

▪ Para septiembre del mismo año, hubo varios informes de que la Escuela Karuturi, que daba servicio a los niños de los jornaleros de la granja, cerró “indefinidamente”. Los maestros que, al igual que los jornaleros agrícolas, no habían recibido su paga, repentinamente se vieron sin empleo.

▪ El primero de octubre de 2013, el senador por Nakuru, James Mungai, criticó a los sindicatos obreros por no intervenir cuando las cosas “comenzaron a ir mal” en la granja florícola de Karuturi.

▪ El 5 de octubre, Francis Atwoli, secretario general de la Organización Central de Sindicatos de Kenya (COTU por sus siglas en inglés), escribió al secretario del Trabajo de Kenya, Kazungu Kambi, llamando al arresto y enjuiciamiento de la administración de Karuturi por no haberle pagado a más de 4 mil empleados en Naivasha durante seis meses completos. Karuturi respondió con una declaración pública diciendo que, de hecho, el sindicato estaba incitando a los trabajadores a no cobrar sus salarios.

▪ El 10 de octubre, las cortes locales ordenaron a Karuturi a encarar el “deterioro creciente” de las condiciones de vida y trabajo de sus empleados, notablemente la falta de agua y electricidad.

▪ Están documentados varios intentos de suicidio entre los jornaleros agrícolas de la granja. El 24 de septiembre de 2013, tres obreros intentaron cometer suicidio debido al sufrimiento de sus familias resultado de los sueldos caídos. En diciembre de 2013, se reportó que un trabajador de la granja, que no había comido en siete días, se colgó, desnudo, fuera de las rejas de la granja en un acto desesperado.

▪ El 29 de diciembre, COTU apeló de nuevo al gobierno, esta vez dirigiéndose directamente al presidente Uhuru Kenyatta, para que interviniera, y afirmó que los trabajadores no habían recibido sus sueldo durante un año completo.

Una y otra vez, la administración de Karuturi Farms negaba el asunto de los sueldos sin pagar o culpaba a los bancos o a los sindicatos mismos. Los accionistas en India, mientras tanto, hacían a un lado el problema, alegando que era un “problema de flujo de caja”.

Y los acreedores también...

▪ El 7 de agosto de 2013, Allpack Industries Ltd, miembro del IPS Group, que aglutina a compañías que funcionan dentro del Fondo Aga Khan para el Desarrollo Económico, levantaron una demanda legal contra Karuturi Ltd. La demanda llamaba al cierre de Karuturi con base en la insolvencia financiera. Karuturi le debe a Allpack 465 mil dólares por entregas de cartón realizadas entre septiembre de 2011 y mayo de 2013. Su exigencia era que el Estado kenyano asumiera y solventara las obligaciones relevantes de Karuturi para con los los acreedores y para con sus trabajadores, y pusiera la compañía bajo administración judicial. Supuestamente, esto posibilitaría que la granja florícola, alguna vez boyante, que producía cerca de un millón de rosas diarias, fuera vendida a dueños más responsables.

▪ Para diciembre de 2013, el sindicato de trabajadores agrícolas de plantación en Kenya [Kenya Plantation Agriculture Workers Union] y diez compañías kenyanas se unieron a la demanda legal emprendida por Allpack contra Karuturi. Las diez compañías eran: AgriChem & Tools, Juanco SPS, Signode Packaging Systems, Comhard Ltd, Shanghai Plastics Company Polythene Industries, IRRiCO International, Maina Njuguna & Associates, CFC Stanbic Bank e Inter Labels Africa.

▪ Originalmente, la audiencia de la corte que llevaba el caso de la demanda se programó para el 25 de octubre de 2013, pero la corte no pudo sesionar ese día. Se pospuso entonces para el 13 de diciembre de 2013, pero como era un día feriado no pudo sesionar tampoco. Se pospuso entonces para 2014. El despacho de abogados en pro de la demanda fue Daly & Figgis.

▪ A fines de 2013, llegaron informes de que ya no se hacían entregas a la granja de Karuturi y que la producción de rosas había parado virtualmente en las instalaciones de Naivasha.

▪ El 24 de enero de 2014, la agencia de información de inversiones y calificación de créditos de la India [Investment Information Credit Rating Agency Ltd (ICRA)], degradó los términos de los préstamos a Karuturi y los límites basados en los fondos, de “B”+ a “C”, basados en las recientes demoras de la compañía para cumplir con sus deudas. Los instrumentos calificados en ICRA como “C” son “considerados como de alto riesgo de incumplimiento de acuerdo a la puntualidad o no de sus obligaciones financieras

▪ El 10 de febrero de 2014, Karuturi Ltd, fue puesta bajo administración judicial por el CFC Stanbic Bank con miras a disponer de los activos de la firma y recuperar pagos que solventaran 400 millones de Ksh (3.5 millones de euros o 5 millones de dólares). Para satisfacción de COTU, los nuevos administradores aseguraron a los trabajadores que les pagarían salarios caídos hasta diciembre de 2013.

Un viraje repentino en la disputa fiscal en Nairobi

▪ El 11 de diciembre de 2013, se divulgó que la autoridad de ingresos de Kenya [la Kenyan Revenue Autority (KRA)] le concedía a Karuturi una reducción en la disputa fiscal. Justo unos meses antes, en abril de 2013, se reveló que KRA había determinado que Karuturi debía pagar cerca de 11 millones de dólares en impuestos por actividades empresariales, debido a la manipulación de sus precios de transferencia, parte de una serie mayor de disputas fiscales con las autoridades gubernamentales que sumaban una cuarta parte de las ventas de la firma en 2012. Este hallazgo únicamente se relacionaba con lo tocante a los años fiscales 2008-2009, mientras KRA planeaba, todavía, auditar a la empresa en lo relacionado con los años 2012-2013. No obstante, por alguna razón, KRA redujo el monto debido a 4 millones y fijó el arreglo en esa cantidad. No hemos podido obtener explicación alguna del gobierno de Kenya de porqué ocurrió una reducción tan dramática del monto de impuestos que se había fijado a causa de la manipulación de los precios de transferencia.

Licencia para operar en Etiopía, incluso con deudas

▪ Hacia fines de 2012, Karuturi estaba muy retrasado en sus planes de concretar operaciones agrícolas enormes en Etiopía. La primera cosecha de la concesión de 100 mil hectáreas en Gambela fue destruida por la inundación de 2011 y la administración de Karuturi reveló que la compañía sólo había podido cultivar 4 mil hectáreas de maíz en 2012 y planeaba alcanzar apenas las 5 mil hectáreas hacia abril o mayo de 2013. El contrato de la compañía, renegociado en 2010, estipulaba que debería cultivar la totalidad de las 100 mil hectáreas dentro de un plazo de dos años. En enero de 2012, la compañía insistió en que cultivaría cerca de 60 mil hectáreas de tierra a lo largo de dos temporadas.

▪ Las autoridades etíopes están frustradas por el lento progreso. “Tengo que ser franco, no cumplieron nuestras expectativas”, dijo el ministro de Agricultura, Tefera Derbew, en una entrevista de junio de 2013, con The Hindu. “Nos habría gustado ver que la tierra se desarrollara en un periodo corto de tiempo [pero] ni la implementación de Karuturi, ni la de Saudi Star y otros, son de nuestra satisfacción”

▪ En marzo de 2013, 92 trabajadores etíopes de las instalaciones de Karuturi en Gambela emprendieron una acción legal ante el departamento del Trabajo y Bienestar Social alegando que sus salarios estaban retrasados hasta 20 días y que la compañía no les otorgaba credenciales de identidad, equipo de seguridad, tratamiento médico apropiado ni residencia apropiada. El departamento encontró a trabajadores viviendo en hacinadas barracas de metal, sin la ventilación apropiada, y comenzó a investigar los alegatos de que las pensiones de los empleados, deducidas de los salarios de la compañía, no eran depositadas con el departamento gubernamental pertinente.

▪ En mayo de 2013, los trabajadores de Karuturi le dijeron a The Hindu que la compañía contaba con tan poco efectivo que no tenía combustible para los tractores y que la compañía rentaba su equipo a otros inversionistas en Gambela.

▪ El 23 de noviembre de 2013, la revista etíope The Reporter escribió que las operaciones de Karuturi en Etiopía estaban “al borde del colapso”

▪ Para diciembre de 2013, una fuente dentro del gobierno regional de Gambela confirmó a Anywaa Survival Organisation (ASO) que Karuturi y varios otros inversionistas extranjeros con enormes espacios agrícolas rentados estaban siendo investigados por sus actividades ilegales, incluyendo corrupción, destrucción ambiental y el no cumplimiento de sus contratos. Las fuentes locales también le dijeron a ASO que las operaciones agrícolas de Karuturi en Gambela habían cerrado, y que la compañía había retirado sus tractores y otra maquinaria de la granja.

▪ En ese entonces, las cosas también parecieron empeorar para las operaciones florícolas etíopes. En diciembre de 2013, una fuente local de ASO dijo que la granja florícola de Karuturi en Holeta, Oromia, había dejado de funcionar. Entretanto, un periodista de Bloomberg le dijo a GRAIN que la oficina de Karuturi en Addis Abeba había cerrado y que la gente decía que la habían mudado a otra localidad.

▪ El 10 de enero de 2014, la Inteligencia Africana informó que durante la última semana de diciembre de 2013, la Agencia de Inversiones de Etiopía (EIA por sus siglas en inglés) publicó una lista de 3 mil permisos de inversión concedidos a compañías etíopes y extranjeras que la agencia intenta revocar debido a que los seleccionados no habían procedido con sus proyectos de inversión de acuerdo con los calendarios acordados. Una de las compañías de la lista era Karuturi Global Ltd. La EIA dijo que las compañías podrían mantener sus licencias si “proporcionaban razones persuasivas y aceptables”

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