Colonos y terratenientes brasileños tienen propiedades en gran parte de los departamentos de Alto Paraná, Canindeju, Amambay y Chaco, concentrados en las tierras más fértiles y ricas del país.
Según un trabajo realizado por el investigador Marcos Glauser, en base a cruzamiento de informaciones y datos del Censo Agropecuario 2008 unas 4.800.000 hectáreas de territorio paraguayo están en manos de brasileños. Según Glauser, el control espacial y económico brasileño dentro del territorio paraguayo es verdaderamente alarmante.
Al dividir la superficie total según estrato o tamaño de fincas agrícolas por el número total de productores, Glauser encontró la extensión promedio manejada por cada productor; luego multiplicó este promedio por el número de productores de nacionalidad brasileña y encontró la superficie total por tamaño de finca en manos de productores brasileños. Finalmente, sumando la superficie de tierras poseídas por brasileños en todos los estratos o tamaños de fincas, sus cálculos arrojaron que 4.792.528 de hectáreas de tierras están en manos de campesinos, colonos y terratenientes brasileños.
Este dato revela que los más de 50 años de migración brasileña al este y en dirección hacia el departamento de Amambay del territorio paraguayo, tiene como resultado una real ocupación poblacional, económica y, por ende, política de brasileños y "brasiguayos", cuya producción en buena parte está sujeta al dispositivo de producción del Brasil.
A este espacio se sumó en los últimos 12 años una importante zona del Departamento de Alto Paraguay dominado por ganaderos brasileños. Los fazendeiros brasileños compraron en este lapso miles de hectáreas de tierra para explotarlas en la producción intensiva de ganado. Producción ganadera que alimenta directamente las procesadora de carne del Estado de Mato Groso del Sur a través de un inusitado contrabando, habida cuenta que la frontera paraguaya en esta zona no tiene control alguno.
Si se tiene en cuenta el espacio del territorio paraguayo ocupado por los cerca de 250 brasileños y brasiguayos (hijos de los migrantes pioneros, con una cultura paraguaya y brasileña híbrida), se concluye que una parte importante de las poblaciones de los departamentos de Alto Paraná, Kanindeju y Amambay están constituidas por aquellos. A estos debe sumarse el Departamento de Concepción, que en el último decenio experimentó el avance de los grandes capitalistas brasileños que compran miles de hectáreas para la producción de soja. Según estudios del sociólogo Ramón Fogel, la frontera de la superficie de de Concepción bajo control brasileño llega hasta el distrito de Yby Ja'u. Igualmente, la penetración de propiedades brasileñas en el Departamento de San Pedro llega hasta el distrito de General Resquin, también según estudios realizados por Fogel.
De acuerdo al concepto geopolítico de "territorio", un espacio ocupado poblacionalmente con una hegemonía económica de esta población sobre el mismo, lo convierte en autónomo en términos de poder. Y en el caso de los migrantes brasileños y brasiguayos es así, porque el Estado Paraguayo tiene una presencia menos que básica en aquellos departamentos citados, lo que le impide tener poder político real sobre estos.
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